(Éxodo 14)
Estando el pueblo de Israel prisionero en Egipto, Dios los libera de la esclavitud de este pueblo. Y anunciaron al rey de Egipto que el pueblo de Israel ya se había marchado, entonces el Faraón y su gente pensaron: ¿Qué vamos a hacer ahora que se marcharon los israelitas?, ¿Quien nos servirá?
Entonces tomó seiscientos carros, cada uno con sus caballos y guerreros y los fue a buscar por el desierto.
Los israelitas se dieron cuenta que los egipcios venían tras ellos y sintieron mucho miedo. Entonces clamaron a Dios; y Moisés les dijo: "No se asusten, permanezcan firmes y verán de que manera los salvará Dios. Miren a esos egipcios, que nunca más los volverán a ver."
No tenían escapatoria; detrás venían los egipcios, delante tenían el Mar Rojo y a los lados puro desierto.
Entonces, Moisés, extendió su mano sobre el Mar Rojo y éste se abrió en dos y los israelitas pudieron cruzar por en medio del mar. Luego dijo Dios a Moisés: "Extiende tu mano sobre el mar y las aguas se cerrarán y ahogarán a los egipcios y a sus caballos." Y así sucedió.
Quizás estás en la misma situación que estos israelitas, con los problemas que vienen persiguiéndote y parece que no hay escapatoria, pero debes saber que Dios puede ahogar los problemas de tu vida, como lo hizo con los egipcios.
Sendas Dios hará donde piensas que no hay...
